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23,75 €Los novecientos a?os de la muerte del monarca castellano-leonés Alfonso VI (1072-1109) y el recuerdo histórico de uno de los monarcas más se?eros en la historia de Espa?a, nos ha movido a reflexionar sobre uno de los aspectos más sobresalientes de su acción pol¡tica: la refundación del a ciudad Burgos, con la dotación a la misma del obispado, el a?o 1074, donde dice: "ibi ecclesia episcopalis katedre, que sit mater totius diocesis Castelle" y su implicación en el desarrollo del monasterio de San Sebastián de Silos. Estamos ante una labor de acción pol¡tica en tierras castellanas-culminará de forma exitosa- que marcará el comienzo de la preponderancia castellana de un lado y de otro llevará a cabo una notable tares de mecenazgo y promoción cultural en la catedral de Burgos y en el monasterio de Silos. No deberemos perder de vista que la leyenda y el mito, consideraciones al fin y a la postre hechos históricos, han convertido a este monarca en la expresión de los anticastellano contraponiéndolo a la noble y egregia figura de ÂôM¡o CidÂö, el Campeador. A partir de este mito legendario se ha empeque?ecido al monarca Alfonso VI, a nuestro modo de ver, se ha minusvalorado, cuando no obviado o tergiversado, la rese?able tarea de mecenazgo y de implicación en los asuntos y quehaceres castellanos. Todav¡a tiene buena prensa el dicho juglaresco y del romancero Âô?Qué buen vasallo si tuviera buen se?or!Âö, o el ÂôAllá van leyes do quieren reyesÂö para aludir a la introducción de la liturgia romana y la letra nueva, la minúscula carolina, en lugar del rito histórico y de la minúscula visigóticaÂà