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7,55 €Tres novelas que revelan el intenso mundo de este escritor holandés.
Cees Nooteboom (La Haya, 1933) ha dedicado la mayor parte de su tiempo desde los veinte años a viajar por todo el mundo; sus crónicas han sido publicadas en revistas y periódicos, y algunas de ellas recopiladas y editadas en La desaparici.n del muro. En calidad de editor de poesía de Avenue, ha realizado traducciones de Enzensberger, Neruda, Pavese y Hughes. Nooteboom ha publicado vaios libros de poesía, ensayo- Cómo ser europeos (1995)- y una obra teatral, pero es su narrativa, traducida a diversos idiomas, la que supone su revelación internacional como uno de los escritores más interesantes de la última década: Rituales (1984) obtuvo los premios F. Bordewijk y Pegasus y fue llevada al cina por Herbert Curiel en 1988, En las montañas de Holanda (1987), La historia siguiente (1992, Premio Europeo A risteon de Literatura 1993 y XIII Premio Grinzane Cavour), El desvío a Santiago (1993), ¡Mokusei! (1994), El día de todas las almas (2000), Hotel Nómada (2002) o Perdido el Paraíso (2006). Ha obtenido, además, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Herman Mussert, un profesor neerlandés de lenguas muertas, se acuesta en su tranquilo apartamento de Amsterdam y amanece, al día siguiente, en la habitación de un hotel de Lisboa. Al despertarse, su primera sensación no es de sorpresa, sino que siente un extraño escalofrío por la posibilidad de ser otro y por la hilarante probabilidad de estar muerto. El hombre de Amsterdam tal vez esté muriendo, pero el de Lisboa contará la historia de su vida y la de las dos mujeres que fueron importantes en ella. Este será el inicio de esta breve novela, llena de inteligencia y sabia ironía, sobre el sentido que tienen las metamorfosis y la muerte, tanto para el mundo de los clásicos grecolatinos como para el pensamiento científico.
«Cada lectura de un clásico, dijo Calvino, es de hecho una relectura. Todas las novelas de Nooteboom tienen esta cualidad clásica. Son nuevas y sorprendentes, y a la vez parecen siempre haber formado parte de nuestra manera de ver el mundo.» Darío Villalba, ABC